lunes, 20 de agosto de 2012

SÍSIFO PODRÍA SER ESPAÑOL...

Hoy es martes. Es un día horrendamente caluroso de julio, o es que yo soy un hombre habituado al frío. Desde mi modesta ventana miro el mundo que me rodea, y en el marco del paisaje que me envuelve, he de esforzarme por pensar que existe una realidad que, desde este pequeño hueco, no acierta a trasmitir ciertamente todo su presente sobre el panorama global que a pesar de todo, sabemos que está ahí fuera, esperando a que salgamos de nuestro hogar, para invadirnos como un virus, para tomarnos en cuerpo y alma, haciendo que ya no seamos nosotros, sino un plato más del monstruo que lo devora todo....

España ya no es la misma. Cuando recuerdo mi niñez, recuerdo momentos especiales junto a mis padres. Las familias salían los fines de semana, iban a misa, tomaban el aperitivo, se reunían con sus vecinos o sus amigos, asistían a las verbenas de los barrios, celebraban las navidades con ilusión, festejaban los cumpleaños con entusiasmo y viajaban a la playa en verano, con sus trastos, para encontrarse otra vez con sus vecinos, sus conocidos o sus amigos, pero si no se conocían......¡qué más daba!, todos éramos iguales, vivíamos sumergidos en una carrera tradicional que proporcionaba más o menos el fruto de lo que cosechábamos, limitados a estrecheces pero con la felicidad de saber que había un futuro detrás de la puerta, que metro a metro alcanzaríamos los sueños diseñados en nuestra mente, criaríamos a nuestros hijos y envejeceríamos con una sonrisa en los labios, porque, de algún modo, merecía la pena envejecer....

En el presente algunas de éstas cosas se continúan haciendo, pero entonces había ilusión, ganas de vivir, ganas de trabajar, espíritu por compartir y por ser uno mismo, de levantarse por la mañana porque confiábamos en seguir avanzando, el ambiente y los entornos eran sanos, porque todo el mundo respetaba a los demás, pero sobretodo, podías confiar en el estado del que formabas parte, porque existía un orden, una justicia, había fe hacia lo que éramos y lo que hacíamos. Mis recuerdos pasan por los días que bajábamos a pescar al río, en compañía de amigos, que ciertamente no eran la expedición del año, sin embargo, para nosotros eran aventuras importantes, era lo que hacíamos todos, no había tantos canales de televisión ni había internet, y así crecimos creyendo en un protocolo de vida, en un código de conducta que ha servido para educar un pensamiento, en lo que era bueno y lo que era malo, a distinguir la vida o el ocio, de la locura y la muerte.

Hoy el mundo ha cambiado. La relación entre las personas es totalmente distinta. Existen amigos en todas partes, cómo no, pero las personas ya no pueden decir que viven, sino que sobreviven, lo cual condiciona totalmente sus existencias; una gran mayoría no pueden subsistir siquiera en condiciones normales, y esto no les permite tomar unas vacaciones o irse los fines de semana a algún lugar, por lo que sus hijos jamás conocerán aquellas aventuras tan baratas, tan constructivas y tan importantes como las que yo conocí. Con suerte, quienes tienen trabajo desearán apurar los últimos años que les quedan antes del colapso total, antes del pedo social en fase terminal. En estos momentos, los enemigos no son los ingleses, los americanos, los rusos o los comunistas, tampoco los extraterrestres, sino nuestros propios mandatarios, nuestros protectores, nuestros enemigos son además de los políticos, los jueces, los policías, los médicos, la iglesia, todos aquellos que por sacar el más mínimo beneficio de su trabajo o su cargo, nos venden y nos usan como carnaza para tiburones; antes salíamos a la calle y nos cruzábamos con los habitantes de nuestra ciudad, con nuestros vecinos, caminábamos contentos porque estábamos entre gente que nos arropaba con su presencia, ahora cuando sales a la calle estás vendido, no tienes derechos como antes, sino que te juegas la piel en cada esquina, como lleva ocurriendo medio siglo en Cuba, Colombia, México, Venezuela o los países de oriente. Las personas son un cajero automático, cuya vida o cuya muerte, pueden suponer un puñado de euros si se les explota adecuadamente, y si no se les puede explotar, se les mata directamente para quitarles lo que tienen.

Hace un montón de décadas, aún existían dirigentes y políticos que destacaban de manera discreta por encima de los vicios y la perdición, pocos pero alguno había; en tiempos de aquellos gobernadores civiles que imponían obediencia, marcando más o menos lo que se debía hacer, mientras los alcaldes escuchaban al pueblo, para ver si se podían hacer algunos proyectos básicos que fueran para beneficio común. Claro está, ya sabemos lo que ocurrió con el reparto de tierras, fincas, poder y cargos después de 1939, era algo obvio, se trataba del botín de los vencedores y el destino de los vencidos, sin embargo, de alguna manera se organizó el país, y conseguimos crecer, poco a poco pero de una manera extraordinaria, aunque el fascismo seguía allí en la sombra marcando límites. Sin embargo, no era un absolutismo total y radical, solo era un absolutismo relativo. Si los dirigentes tenían suficiente, el pueblo podía tener suficiente, incluso aunque hubiera ricos y pobres, como siempre. Pero los listos podían triunfar, y los tontos, aprender de los listos. Sin embargo, ahora, la canalla que asola España, jamás tiene suficiente...

Ahora esto ha cambiado. Ya no hay listos ni tontos. Ahora hay corruptos y víctimas de los corruptos, y si me paro a pensar, no sé dónde ubicarlos exactamente. Un pueblo que goza de una mentalidad distinta ya no es aconsejable para los corruptos, porque la cultura favorece la lucha y la libertad, y esto obstaculiza los robos sin medida, el descontrol y la mafia. Hemos vuelto a la Francia del absolutismo hermético anterior a 1793. El pueblo español trata de sobrevivir a duras penas, pero le da lo mismo, porque cada pasito avanzado es retrasado de una patada que le lanza hacia atrás de nuevo. No importa lo que trabajemos, lo que ahorremos, lo que nos esforcemos en crear, lo que nos rompamos la espalda en obtener.....porque al final nos lo van a robar todo de nuevo igual. Es una tarea casi ridícula intentar vivir en paz, pues la guerra nos la traerán al domicilio los políticos o las bandas organizadas, aunque solamente sea para tener una excusa con la que destruirnos.

Lo más gracioso de todo es, que en el fondo, somos parcialmente culpables de nuestra propia desgracia. Suena mal, es cierto, pero es la verdad. Nos juntamos ante las urnas para conceder todo ese poder inmenso, absoluto, mayoritario y fascista a un puñado de mentirosos, que se frotan las manos pensando cómo coños van a gastar toda la montaña de dinero que les va a caer encima de una manera tan fácil. Y entonces comienzan a reír ante las cámaras de televisión como posesos. Y se abrazan unos a otros como si fueran marido y mujer, a pesar de que en el fondo se odian. Y se vitorean los unos a los otros a pesar de que no se quitan ojo, porque no se fían de quien saben que es tan ladrón y tan falso como ellos. Pero ahí están. Lo han logrado. Ahora nos las harán pagar....¡pero si les hemos puesto en el poder nosotros!, da igual......nos las harán pagar de todos modos.....tienen la mayoría absoluta, o aunque no la tengan da lo mismo, ya se negociará con la oposición a base de dinero, y la usarán contra aquellos que les ayudaron a subir, porque son corruptos, son una lacra maldita que ya no conoce pueblo, ni país, ni dogmas ni principios.....solo conoce del poder y del dinero. Ese dinero por el que viven, por el que destruyen, por el que venderían  su madre a un gitano, por el que niegan incluso a Dios.....

Ahora cuando salgo de casa, alejándome de esta pequeña ventana, ya no observo todo aquello que veía en mi niñez. Los pueblos se están quedando abandonados, los negocios cada vez tienen menos gente (salvo que haya partido de fútbol, claro está) y acaban quebrando antes de echar el cierre, los rincones junto al río quedaron vacíos y solitarios (como ahora ya no llevan agua ni en invierno), la tristeza y la desesperanza flota en el aire como una epidemia virulenta que mata a quien la respira, provocando odio, ira, deseos de venganza, violencia, rebeldía, palabras duras.....un teatro muy diferente del que yo veía cuando de niño viajaba con mis padres por ahí....en que se comentaba y se criticaba como siempre, pero con una ingenuidad sencilla y humilde. Los hombres buscan el consuelo en el alcohol o el suicidio, algunos vuelcan su pesadilla en la familia y acaban divorciándose o separándose, los jóvenes se ponen hasta el culo de drogas y rompen todas las reglas legales.....

Mientras todo esto ocurre, el gobierno predica con descaro la acumulación de 68.000 millones de euros para que paguemos una deuda que, ciertamente, es verdaderamente irónica, pues ahora mismo, no solamente hemos de saldar la deuda pública del estado que un montón de delincuentes han causado, sino que además hemos de saldar la deuda de entidades privadas, como si fuésemos accionistas forzosos de esas entidades, sabiendo como sabemos que la mitad de todo ese dinero lo robarán delante de nuestras narices en cuanto se haya acumulado, así sin más, porque se les pone por los cojones.....porque quieren hacerlo y lo hacen.....¿y quién se lo va a impedir?, para poner la guinda, continúan negociando con los terroristas que nos han masacrado y hecho pedazos, porque lógicamente se trata de muchos votos, y devolver a la calle a un criminal con 200 antecedentes penales a las espaldas, la mitad de ellos por asesinato, es algo que se puede pasar por alto, sobretodo si se consigue el apoyo de los pueblos del norte.

No importa que mañana vuelvan a subir la luz, el gas o la gasolina por quinta vez en 8 meses,  que el IVA alcance el 21% o que lo haga el 50%, porque nuestra historia en España es similar a la del pobre Sísifo, que fue condenado en el Tártaro a estar eternamente subiendo una gran roca a lo alto de una montaña, para una vez arriba, dejarla rodar hasta abajo después, bajar y comenzar de nuevo......todo un ejemplo de empresa práctica que avanza y evoluciona en el tiempo.....exactamente igual que la economía y el futuro de España.

Como el pobre Sísifo, volveremos una y otra vez a cebar las huchas de este puñado de mercenarios, para seguir en la miseria, trabajando de sol a sol sin tener nada por lo que vivir ni por lo que luchar, nada por lo que levantarnos por la mañana, nada por lo que mirar a nuestros hijos, porque no merecerá la pena, ya que mañana, o dentro de 2 meses, o de tres.....volverán a aumentar los diezmos fascistas al estilo nazi, bajo amenaza de arrojarnos hasta de nuestras propias casas si no les llenamos el saco para irse de putas y de banquetes, mientras las familias cuentan los últimos céntimos en una mano para poder llegar a fin de mes, rezando por tener suficientes para pagar la próxima letra, pues lo único que les queda es encerrarse en su hogar y llorar....anclados en su impotencia, pensando que quizá si se repite lo del 36, a lo mejor se le lava la cara a este país ensuciado por sus propias inmundicias humanas, o como poco, se comienza de nuevo, con lo que entonces sí se hará la auténtica reforma necesaria.

Cuando esto ocurra, no debemos olvidar reclamar a Europa los miles de millones escondidos por toda esta ralea de sicarios salidos de las cloacas, en los cientos de cuentas numeradas repartidas por paises como Andorra, Suiza, Holanda, etc, que son nuestros, robados de nuestras arcas y evadidos a países en vanguardia, para cuando las cosas se pongan feas, salir como jodidas gallinas espantadas hacia los paraísos fiscales, donde les aguardan sus botines, que les permitirán vivir lo poco que les queda de sus miserables existencias, imitando a los jeques.

Quizá el bueno de Sísifo bien podría haber sido español. Su condena y nuestra condena, son evidentemente similares. Quizá aprendimos de él, en un momento dado nos atrajo la curiosidad de sus maniobras, y ahora estamos tratando de imitarlo, pero en todo caso, nosotros, a diferencia de Sísimo, tendremos un fin, tendremos un final, en el que no nos quedará nada, ni siquiera nuestra historia, para que alguien en algún lugar, mucho tiempo después, nos pueda recordar......

Ávila, 17 de julio de 2012


1 comentario:

  1. “El ámbito representativo, donde el voto es el robo de la conciencia, es decir una especie de democracia a-lógica, siempre escamoteará sus faltas, sus ingresos, pues el carácter podría retomar a la conciencia su sed de libertad, y al falsear cuentas, datos, enmiendas, rogativas y derechos pululan ostentando cargos que se los hemos regalado, lo cual hace que los únicos que han aprendido algo de la historia son ellos, al incapacitar al ciudadano su dedicación a los asuntos públicos, y a pervertir nuestro destino.” :(Yo, Ángel Blanco. ~Shadowhey~)

    >>Una entrada, coherente, que no cae en el insulto, y que muestra lo que nos han hecho perder.<<

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