jueves, 6 de noviembre de 2014

LA INCREIBLE LEYENDA DE LA BUZZE IV



          Según los expertos, el criptograma del mapa arrojado aquel día por Levasseur, indicaría dónde se halla su tesoro, que se empeña en conducir a los hombres al barranco Ay, en la isla de Reunión. El texto traducido literalmente con poco orden de palabras y letras, empuja de un modo emocionante a entrar en el reto de seguir sus inexactos datos ocultos:

En primer lugar un par de Triskelion paloma
  Segundo curso está en el cuerpo de la cabeza del caballo
  A tensos tuyo cuerda toman una cuchara
  Miel o de lo contrario hicieron un ungüento
  Ponga un poco en la base del corte de la pared
  Has esperado durante 2 fortunas que se ejecuta en las paredes
  Elimina medio sag cuidadosamente
  Para recibir una y moldeado mujer que acaba de limpiar
  Es la calle de viajeros de profunda pista delgada está destinado para ti
  Lugar aparente pins movimiento se proporciona felicidad importante
  Ojos y la nariz de un perro que es lamentable levantaron la pata
  La gestión bien tiro mar y calle de las mareas
  La muerte es un ser que se encuentra femmel
  Sabía yo a ser la ansiedad es mucho
  En el estrés es un hombre del sueño
  Está todavía / quejarse no es mi costumbre
  Una de las dificultades es merecida y decisiva
 

            Pero para interpretar los versos del documento criptográfico, antes necesitamos conocer un poco de los hechos que ocurrieron en la isla alrededor de aquella época, y
posteriormente, ya que éstos serían relevantes para que Levasseur pudiera llevar a cabo el enterramiento que ayudó a nacer la leyenda.
 
            Los primeros colonos llegaron a esta zona hacia 1665, dirigidos por Etienne Regnault, que descubrieron que Saint Denis proporcionaba un mejor lugar de anclaje que Saint Paul, pero las montañas que separan ambos puntos, exigían trabajar con voladuras en el terreno, y cuya ruta discurría al pie del acantilado. Este proyecto fue hecho por el Sr. Dumas en 1730, y mejorado años más tarde, en 1767, y acabado en 1775 por el Sr. Cremont, que llevó a cabo una pavimentación del acceso, que aún hoy día se puede contemplar, después de más de 225 años. Esta ruta fue financiada por personajes como Bernardín de Saint-Pierre y Borys de Saint Vincent realizando el conocido camino de los ingleses, que se inicia en un lugar llamado campamento Magloire, situado a los pies del camino de la montaña. La primera parte de esta ruta, lleva al Gran Barco, ofreciendo magníficas vistas del océano y el puerto, la segunda parte conecta Gran Barco con San Bernardo, situado en la montaña.

            Se cree que Olivier Levasseur, pudo estar involucrado dentro de un ideal político social conocido como Libertalia, ideal que ya protagonizaron piratas como Misson, y que consistía en una especie de autogobierno, donde la libertad y la hermanación entre piratas arrepentidos, era la base de sus pretensiones. Este ideal de hermandad, habría estado relacionado de un modo importante con la importación a la isla, desde Europa, de los ideales masones (recordemos que por estas fechas ya están arraigadas en Francia el espíritu de la Ilustración y la llama de la Revolución Francesa), y sobre los que estuvo investigando Adrien Ateo, experto en culturas antiguas. Por lo tanto, se está casi seguro de que Levasseur habría tenido relaciones con la masonería, que habrían influido en él, y consecuentemente en la creación de su mapa y sus símbolos herméticos.


             La masonería, según tenemos constancia, se instauró oficialmente en el océano Indico hacia 1778, con especial fuerza en la isla de Mauricio. Sin embargo, Olivier fue ahorcado en 1730, por lo que en un principio, no podía conocer los códigos de la francmasonería… ¿o quizá sí los conocía? Investigaciones posteriores han confirmado que las fechas en que la masonería funciona en las islas del océano Indico son muy anteriores a 1730, habiendo recibido conocimientos de los antiguos constructores de catedrales hace muchísimo tiempo, y que se habrían aplicado especialmente a la arquitectura empleada en la marina de guerra. Todo parece indicar que Levasseur conocía ya el código masón, y algunos de sus caracteres aparecen en su supuesta tumba, coincidiendo con los que muestra el código del documento.

            Algunas interpretaciones comparan los ideales de los Hermanos de la Costa, con los códigos de la francmasonería, en cuanto a libertad y unión entre los miembros, reflejado en el modo en que elegían a sus líderes, y en cómo vivían. Sin embargo, esto no confirma con suficiente peso, que Levasseur fuese un capitán masón. A pesar de ello, sabemos que en 1777 aparece fundada una logia masónica en la isla de Saint Paul, y posteriormente otras, como la de la isla francesa de Bourbón, en donde aparecen masones desde 1735, que tenían contacto con los que viajaban en barcos mercantes o de la marina real. Entre los masones más prestigiosos estaba el gobernador general de las islas de Francia

            Otro de los datos históricos importantes que necesitamos conocer, se basa en el llamado “camino de los ingleses”, que es una vía de comunicación construida entre 1730 y 1732, bajo la dirección de Bertrand de Labourdonnais, la autoridad de la isla de Mahé, con objeto de servir de enlace a través del macizo de la montaña, que unen el norte y el oeste de la isla. Es el camino más antiguo que se conoce, pues antes de 1730, solamente se podía acceder por la costa en barco, y recoge un trazado de unos 8 km, que permite unir a través del Camp-Maglorie, el pueblo de Saint-Bernard con la montaña, circulando por encima del acantilado. Después de haber hecho un primer recorrido por la costa, los empresarios hicieron un trazado del camino, que fue pavimentado bajo la dirección del oficial Crémont, que lo dio su nombre. Casi 240 años después de su fabricación, el camino está casi todo intacto, salvando los tramos en que se hallan algo descolocadas sus grandes losas de basalto, colocadas por innumerables esclavos de la época. La ruta del camino cruza el barranco Ay, nombre heredado del intento de asesinato del gobernador La Hure por los esclavos en 1672, por lo que se cree que Levasseur usó este camino en su antiguo trazado, para ocultar en el barranco su tesoro.
 
"Camino de los ingleses"

            El “camino de los ingleses” es una pieza clave en la interpretación del criptograma de Levasseur. Los británicos lo utilizaron para invadir la isla de Bourbón, durante las guerras napoleónicas que marcan la guerra anglo-francesa en 1810, momento en el que llegan a Saint Paul, y se enfrentan a las tropas borbónicas desde lo alto del acantilado, contra los voluntarios que se hallaban acuartelados en la Redoute. Su posición estratégica les confirió una ventaja decisiva en la batalla, que se prolongó hasta 1815. Debido a los hechos acaecidos en este lugar, muchos amantes de la Historia han aterrizado por estos parajes en busca de objetos de colección o curiosos, no siendo casualidad que hayan aparecido monedas antiguas, pistolas de chispa o viejas dagas militares.

            A lo largo de mucho tiempo, hallamos momentos y personajes que han intentado hallar el tesoro de Levasseur, basados en las señales repartidas por la zona, y en los documentos que han ido apareciendo poco a poco en diversos lugares. La mayoría está convencido de que el tesoro está ahí, oculto y enterrado por el pirata, y que solo hace falta investigación, paciencia y suerte para dar finalmente con él, teniendo en cuenta que se ha valorado aproximadamente en unos 4,5 millones de dólares actuales. Desde 1923, llevan apareciendo notas y manuscritos que acercan a sus interesados cada vez más a la solución del enigma.
 

Barranco "Ay"

            En 1934, el diario Milwaukee Journal realizó una entrevista al escritor y conservador de la Biblioteca Nacional de Francia, Charles de la Ronciére, el cual reveló que había sido consultado sobre la existencia de un mapa del siglo XVII archivado en sus fondos bibliográficos, que contenía un criptograma importante. Charles contó que había conocido a la señorita Savy, la cual había hallado en 1923, en su finca privada de la isla de Mahé, en las islas Seychelles, unas piedras con iconos marcados, y que aparecían dibujadas en el mapa de Levasseur coincidiendo con los dibujos. A raíz de la publicación de la noticia, se desató una auténtica moda entre los cazatesoros, que comenzaron a montar empresas para hallar el legendario enterramiento.  


            El estudio de los puntos de superposición y los vectores identificados en el criptograma, llevan al barranco Ay. En el documento se han podido contrastar los diversos elementos que coinciden de manera exacta con la geografía, el diseño de la quebrada, el puente sobre el barranco, así como la ruta aproximada del trayecto que se realiza por el camino pavimentado por Crémont. Pero no es lo único. Roundabout cae justo por encima del punto más bajo de la trayectoria Crémont, antes de 1767, cuando se comenzó a pavimentar, donde indica que hay una “piedra” hacia el lado norte, indicando con una “/”que hay un puente de madera, un baúl, un árbol, un puente de cuerda en el fondo de la quebrada… De acuerdo con otro símbolo, reza “puente que cruza la falla étanconné mal”. Las marcas halladas en las piedras del camino Crémont, como una cruz templaria de traza masónica, tallada en la roca, demuestran que los masones participaron para allanar el camino que se estaba arreglando, pues Crémont era masón al igual que otros personajes influyentes del momento que estuvieron relacionados con la creación de la ruta. La colocación de la piedra hace referencia a los conocimientos que se tenían sobre el arte de la logia, y es relevante para desvelar el misterio.