viernes, 9 de marzo de 2018

"SOMOS IGUALES"


"SOMOS IGUALES"

Dedicado a todas las mujeres del mundo

       
  E
stoy viajando durante un instante con mi mente, y recuerdo hasta donde mi memoria es capaz de alcanzar, haber sido testigo de muchas cosas revolucionarias para los humanos, a veces buenas, a veces malas.

        He lidiado muchas cruzadas personales en mi vida, la mayoría de ellas para arreglar pequeños errores o mejorar aquello que ya había construido tiempo atrás, con mejores o peores consecuencias, pero esa vida nunca me advirtió que algunos de aquellos desafíos llegarían a poner en duda algunos de mis ideales, creados con una sana fe y con esperanzas de crecer intelectualmente en todos los sentidos frente a la sociedad actual.

        Los hombres han sido capaces de dominar el mundo, y dentro de él, al resto de los hombres; han sido capaces de volar como los pájaros, observando el mundo bajo sus alas; han sido capaces de vencer a la muerte, salvando la vida de semejantes condenados por accidentes o enfermedades terribles; han sido capaces de llegar a la Luna, y plantearse llegar a Marte..., pero una gran cantidad de ellos nunca fueron capaces de valorar algo que estaba tan cerca y les era tan necesario como la mujer.

        En esta carrera de logros, avances, desafíos y crecimiento personal hay hombres y mujeres, siempre los ha habido, en ocasiones con nombre propio por ambas partes, por lo cual, si en el concepto general de los hombres y los humanos, existe algo tan maravilloso como la mujer, deberíamos plantearnos qué está ocurriendo en la sociedad, por qué se destruye de un modo ilógico y compulsivo algo que forma parte de nosotros mismos, de nuestra propia naturaleza.

        En pleno siglo XXI, cuando ya hemos dominado y superado la carrera espacial para conquistar el universo, no tiene razón de ser que se discrimine a una mujer por el solo hecho de ser de sexo opuesto, por ser diferente. El hombre, que entre sus exigencias personales, debe imponerse a sí mismo la defensa y cuidado escrupuloso de un ser tan especial y tan carismático, como es la mujer, no puede en absoluto tolerar que sean ellas mismas las que nos recuerden que están ahí, que son dañadas, discriminadas y destruidas, para ser tenidas en cuenta.

        Hemos de considerar de manera paralela, que del mismo modo que el resto de hombres en el mundo, todos tenemos madres, hermanas, hijas, esposas..., una razón que nos condiciona para valorar a cualquier en el mundo, con la misma disciplina y moralidad que nos gustaría que valorasen a esas familiares femeninas, tan directamente nuestras.

        En la época presente, no podemos aceptar que se emplee la cobardía, en una ofensa contra una mujer que gasta todo su valor y sus recursos en su defensa; no podemos aceptar que se obsequie con la muerte, a una mujer cuyo cuerpo está generando la vida, ni podemos perdonar que se deje de compensar económicamente a una mujer, que además del trabajo gratis que realiza en su propio hogar, es capaz de rendir laboralmente lo mismo o más que muchos hombres...

        Invito al mundo a empeñarse en esta nueva cruzada, que en mi caso yo me debo imponer, y animar a todos los hombres a plantearnos ese ideal de valoración femenina, a cambio de que ellas no bajen el listón de ese valor y esa identidad exquisita que les caracteriza, como el regalo más extraordinario que Dios concedió a la Creación, para hacer entre todos que la Humanidad valga realmente el precio que le deseamos poner. Gracias.

                                                               Ávila, 8 de marzo de 2018.


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