La mañana que nos ocupa nos levantamos poco temprano, es normal, había que dormir la mona.....cuando lo hicimos, como estábamos pletóricos, nos pusimos a hacer guerra de almohadas, lo que unido a nuestro aspecto semejante al de náufragos, asimilaba la imagen del piso a la de un hospital psiquiátrico, aunque con más mierda y desorden aún, sin embargo, en el transcurso de la apertura de nuestra agenda de aquel día, descubrimos una ventana en el muro de una de las habitaciones, que comunicaba con otra a través de élla, por lo que uno de mis amigos (no voy a decir el culpable, aunque los demás lo sospecharán) comenzó a lanzarse a través de ella haciendo el salto del tigre, una y otra vez, disfrutando como un niño en una tienda de golosinas, de manera que caía sobre la cama de la habitación contigua, con tan buena suerte que al caer sobre el segundo colchón, después de 3 o 4 lanzamientos, sonó un ruido sospechoso.....habíamos partido los palos que sujetaban el somier.....¿y ahora qué?..., de modo que planeamos buscar otros palos en el río, al fin y al cabo, se trataba de dos palos caseros nada más, la misión era sencilla. Aquel día cuando bajamos a bañarnos, nos dedicamos todos a buscar unos palos similares en las orillas...., pero resultó que no era tan sencilla la misión como al principio parecía, los que eran suficiente largos, eran demasiado delgados, los que eran suficiente gruesos, eran muy cortos, los que eran largos y de sección buena, estaban doblados......uffff.....¿dónde coños había unos palos?, recorrimos un buen trecho del río, alejándonos incluso un par de kilómetros dentro del agua, explorando orillas y fondos para buscarlos, parecíamos limpiadores del ayuntamiento, o que estábamos buscando un cadáver.
Las chicas, que no sabían lo que hacíamos, no paraban de preguntarnos ¿pero qué hacéis? ¿por qué no venis aqui con nosotras?, y nosotros les dábamos largas, todo el día buscando unos palos parecidos para luego volver por la noche a buscarlos....al final encontramos unos pero no se parecían ni por asomo, aunque pensamos que como iban ocultos bajo la cama, la madre no se daría cuenta del crímen....
Por la noche volvimos a salir, nos intercambiamos la ropa militar, como de costumbre, alguno iba con pantalones negros y camiseta heavy, otro con pantalón militar de camuflaje junto a una camiseta con rotos (que empezaba a estar de moda), mientras algún otro marcaba diferencia con ropa pija de colores vivos, y parecíamos atracadores en lugar de turistas…., si hubiera sido hoy, hubieran llamado a la Guardia Civil; en una de las calles, yo tuve la suerte de cruzarme con otra de mis buenas amigas, Raquel, que por aquel entonces era un bomboncito de talle de avispa y cara de niña buena, pero al intentar hablar con ella, mis amigos pensaron que quería ponerme a ligar sin respetar las normas de buen ciudadano (es decir, al novio que la cogía de la mano…), los otros veían problemas de guantazos en el acercamiento, por lo que optaron por agarrarme en mitad de la calle de los brazos y la cintura para no dejarme mover; como no podía ir con ella, comencé a llamarla entre la gente, y mis amigos me taparon la boca…., mientras yo emitía ¡hummmmm!, cuando la gente pasaba y me veían así sujeto, nos miraban de una manera muy rara, así que comenzaron a esquivar el lugar donde estábamos. El caso es que Raquel se alejó y no volvimos a verla en el pueblo.
Como no teníamos un duro teníamos que improvisar algo, ya que habíamos llegado al límite económico y nos quedaban 3 días más de sobrevivir, sin embargo aquella noche no podíamos hacer muchas locuras, será la siguiente cuando la necesidad alienta la imaginación….¡a ver si adivináis cómo logramos hacerlo!, había que tomar algo con las chicas, asegurarse el comer al día siguiente y al mismo tiempo que pareciera que todo aquello no estaba pasando, porque la madre de nuestra amiga comenzaba a olerse los desastres que estaban ocurriendo en su segunda casa….y si nos echaban de ella se acababa todo.…..(continuará).
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